Llegué como el agua que barre las calles tras la lluvia. Descendiendo, incesantemente, por cualquier recoveco, grieta o fisura que me permitiese bajar más y más, hasta poder juntar todas las gotas en un mismo lugar. Y bueno, ahí me quedé. Esperando un milagro, o tal vez no esperando nada, sin más.
Espero que esto signifique tu vuelta al blog, genial :)
ResponderEliminar